ETERNIDAD

Duermes tu sueño de eternidad, te aproximas a los misterios del alma en la otra vida que consume la piel y la vuelve polvo en lo profundo de un paraíso silencioso. Navegas, siempre preciosa, siempre diosa aún después de decir adiós a los besos y a mis manías de acariciarte cuando el sol desnudaba a la noche frente a los ojos de la madrugada. Ve por el camino de los ángeles, yo, lloraré tu ausencia y andaré sin rumbo por los remotos lugares donde el recuerdo grite tu nombre. Ve, niña dormida, belleza escapada de la vida, yo me quedo con mis lágrimas salpicando el pecho, mis rodillas dobladas frente a las flores que escogí para adornar tu descenso precoz a las profundidades. Yo me quedo con tu olor a selva libre, con tu furia y sudores en los días de luna llena: Yo me quedo vacío mientras tu sonrisa se pierde entre los laberintos sin retornos de las sombras.